lunes, 31 de octubre de 2011

EL DRAMA DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS VENEZOLANOS

El drama de los empleados públicos venezolanos

Manuel Rojas Pérez

Hay un bloque ciudadano fundamental al cual desde la oposición hay que prestarle atención, y son los funcionarios públicos.

La Administración Pública es el mayor empleador de Venezuela. Se estima que existen casi tres millones de empleados públicos en el país, entre funcionarios de carrera, funcionarios de libre nombramiento y remoción, contratados y obreros.

Pues bien, los empleados públicos que laboran para la Administración Pública Nacional son sujetos a vejaciones si no cumplen con los postulados políticos que se les imponen. Estos se ven en la obligación de ir a marchas, concentraciones, reuniones partidistas del PSUV, inscribirse en consejos comunales, entre otros elementos de orden político.

En Venezuela desde hace mucho tiempo no se hacen concursos públicos para el ingreso de personal de carrera a sus filas. La intención es clara: al gobierno no le interesa tener funcionarios de carrera (los llamados funcionarios fijos) porque la estabilidad que conlleva eso trae independencia para ejercer sus labores. Un empleado con un nombramiento como funcionario de carrera administrativa no tiene la presión psicológica de tener que asistir a una marcha del chavismo para que no lo boten de su trabajo.

Por eso mismo, el Estado se ha llenado de contratados haciendo funciones de funcionarios de carrera administrativa, para poder presionarlos y llenar las listas del partido de gobierno y llenar los autobuses que van a las concentraciones con el presidente de la República.

En la Administración Pública Nacional no solo se sigue aplicando de manera férrea la lista Tascón, sino que ha trascendido. Ya no se persigue al que firmó, sino que a cualquiera que no manifieste de manera pública su admiración por el comandante presidente y por el régimen cubanoide que pretende implantar el chavismo, es retirado del ejercicio de su cargo.

El chavismo ha hecho letra muerta de la disposición constitucional que establece que los funcionarios públicos y funcionarias públicas están al servicio del Estado y no de parcialidad alguna y su nombramiento y remoción no podrán estar determinados por la afiliación u orientación política. A pesar que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece tal principio, los que aspiran a trabajar en la Administración Pública, se ven obligados a firmar su adhesión al PSUV o por lo menos a manifestar que son partidarios del chavismo y se comprometen a asistir a marchas y concentraciones chavistas.

Además de ello, los funcionarios públicos son maltratados de manera grosera. Los trabajadores tribunalicios, por poner un ejemplo, son objeto de los más viles atropellos. Hay muchos funcionarios tribunalicios que aun o han cobrado sus aguinaldos del año pasado, o los cobraron deficientemente. Cuando estos protestan los repelen con bombas lacrimógenas y peinillazos. Otro ejemplo está en los funcionarios del Ministerio de Finanzas, a quienes le deben meses de un bono establecido en contratación colectiva, lo cual es un derecho laboral adquirido, y frente a lo que el ministro Giordani simplemente se hace el sordo.

La oposición debe hablarles a los funcionarios públicos. Que estos sepan que no están solos. Que se les diga claramente que es mentira que cuando la oposición llegue al poder en el 2012 estos serán todos botados de sus puestos de trabajo. Muy por el contrario, los funcionarios públicos actuales son pieza y base fundamental de lo que será el país luego del 2012, porque son ellos, los que actualmente están en la Administración Pública, quienes tienen el conocimiento técnico y fáctico para poder llevar adelante las gestiones de interés general que la Administración Pública realiza.

Desde la oposición debe crearse un frente en defensa de los funcionarios públicos. No solo por un tema electoral, sino para el aseguramiento de la estabilidad del próximo gobierno. Con los funcionarios públicos lograremos mantener una racionalidad en la actuación de la Administración y una mejor prestación de los servicios públicos.

Twitter: @rojasperezm

miércoles, 26 de octubre de 2011

ACABAR LA GUERRA CON LA PAZ

Acabar la guerra con la paz

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, lunes 25 de octubre de 2011

El pasado 20 de octubre, el mundo se vio asombrado por dos noticias que lo estremecieron. Por una parte, en Libia fue encontrado, retenido y finalmente herido mortalmente el dictador Moamar Gadafi, dando fin a cuarenta y dos años de una dictadura sanguinaria. Por otra parte, en España, el grupo terrorista ETA anunció públicamente el cese de su actividad armada, sin condiciones a cambio.

No quiero, entrometerme en la materia de los especialistas en derecho internacional público y diplomacia. Solo deseo hacer un pequeño bosquejo de ambas condiciones para aterrizar en Venezuela.

A Moamar Gadafi lo derrocó su propio pueblo. Con ayuda extranjera, cierto, pero al fin y al cabo, fue el propio pueblo libio que se hartó de cuarenta y dos años de torturas, salvajismos y desprecios de quien llamaba a los opositores “ratas”, “perros” o “alimañas”. Así, es derrocado Gadafi, quien huye de Trípoli a Sirte, donde el jueves 20 de octubre es encontrado por las tropas rebeldes libias. Sin embargo, una vez que lo detienen, herido pero con vida, este es ajusticiado por esas mismas tropas. No lo entregaron a la justicia para que fuese enjuiciado. Los rebeldes acabaron con un tiro en la cabeza la posibilidad de hacer justicia.

En España, por el contrario, años de negociación, de conversaciones, de presiones institucionales, políticas y económicas, lograron sofocar a los terroristas de ETA quienes, al fin, tuvieron que salir a la luz pública a alzar la bandera blanca de la paz, por primera vez en cuarenta y tres años. A diferencia de Libia, esto se logró sin un baño de sangre distinto al que la propia ETA había derramado. Es decir, por medio de mecanismos institucionales y democráticos, sin los peligrosísimos “daños colaterales” el gobierno y la sociedad española acabaron con la barbarie.

Esto me trae a Venezuela. Es común oír en la calle que aquí no hay otra salida sino la violenta. Que Chávez no entregará el poder cuando pierda en el 2012 y que solo queda la salida armada. Que necesariamente en Venezuela viene un derrame de sangre. Pues eso no es cierto, y España nos lo acaba de demostrar.

Las vías pacíficas y democráticas resultan mucho más efectivas y sustentables que las salidas armadas. En España se logró asfixiar económica, política y moralmente a los terroristas. Es muy difícil para ellos volver a asumir su posición de poder de terror, ya que no tienen con qué hacerlo y su apoyo sería casi nulo. En cambio, en Libia los rebeldes al caer al mismo terreno de Gadafi, es decir, al convertirse en lo mismo que criticaban, moralmente están dando paso a una nueva dictadura, a un nuevo signo de destrucción. Porque si la cabeza de Gadafi se convirtió en un trofeo para los rebeldes libios ¿quién asegura que los seguidores del ex líder libio no serán también ajusticiados de la misma manera? Se ha abierto el camino en Libia para una nueva carnicería, nada diferente a la que desde 1969 instauró el dictador. Esos gestos no son gratuitos pues contaminan de inmoralidad la nueva política que quieren poner en marcha sus autores aunque estos sean los enterradores de una dictadura y se presenten en la historia con la vitola de resistentes o campeones de la libertad

En Venezuela, por suerte, hemos resuelto salir del atolladero histórico en que nos ha hundido en irresponsable presidente Chávez. Saldremos de ese camino de desastre, incertidumbre, incompetencia e impunidad por medios democráticos, pacíficos y constitucionales. No necesitamos intervenciones extranjeras, armas, odios, guerras, para salir adelante

Tal como me dijo mi gran amigo René Solla, miembro del PSOE español, la paz el mejor camino para lograr la libertad. Por ello, el presidente Chávez se quedará con las ganas de resolver esto violentamente, porque nuestro camino, el camino de los demócratas que estamos representados por la oposición venezolana, es el electoral, el pacífico.

Como sus colegas de ETA, el mismo 7 de octubre de 2012, el presidente reconocerá su derrota y el cese de su lucha armada y violenta contra los venezolanos. Y lo lograremos como España, con mecanismos democráticos.

Twitter: @rojasperezm

martes, 4 de octubre de 2011

TODOS SOMOS NECESARIOS

Todos somos necesarios

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 3 de octubre 2011

Pero en esta lucha, a pesar de que nuestra fe es de la que mueve montañas,
necesitamos la cooperación de toda la ciudadanía independiente

Rómulo Betancourt, 17 de octubre 1945

En la lucha por recuperar la democracia venezolana de las garras de lo peor del estalinismo –mal entendido por demás- juntado con la ineficiencia al máximo, los partidos políticos venezolanos han vuelto por sus fueros y se han reconvertido en la gran punta de lanza de dicha contienda. He reiterado en varias oportunidades que la lucha contra el chavismo que intenta acabar con Venezuela es una pelea política, y como tal, debe ser manejada por medio de los vehículos regulares de la política, como lo son los partidos políticos.

Notar que los partidos son estructuras organizadas para lograr objetivos políticos. En los partidos está la base de la política como vehículo para lograr cambios en la sociedad. Es a través de los partidos políticos que normalmente se debe generar la carrera de formación política para generar líderes sociales que cumplan con las necesidades de los ciudadanos

Sin embargo, hay un protagonista fundamental en esta lucha: la sociedad civil, el independiente, el que no milita en partidos políticos.

En los últimos años, muchos grupos organizados de la sociedad civil se han constituido para hacer frente común ante la barbarie chavista. Asimismo, cantidad de representantes de esa sociedad civil han despuntado. Sujetos que sin ser propiamente militantes de partidos políticos, cumplen una función fundamental por la reconquista democrática.

Los partidos políticos no pueden solos. Pero tampoco pueden solos los miembros de la sociedad civil. Así, necesitamos entender que hay que constituir una asociación perfecta entre unos y otros. La unidad no es –no puede serlo- solo de partidos políticos. Tampoco puede ser solamente de independientes. Unos se necesitan a otros, y viceversa.

La Venezuela democrática que nacerá en el 2013, pasa y necesita desde ya de esta unidad de gestión y compromiso.

La semana pasada la Mesa de la Unidad Democrática dio un paso adelante en la construcción de una unidad política sólida, coherente y con sentido. Todos los miembros del sector político venezolano: pre candidatos presidenciales, partidos políticos y figuras políticas, suscribieron un acuerdo de gobernabilidad. Tal paso es trascendental en la lucha por la recuperación de la democracia.

A esta unidad política perfecta debe sumarse el factor no político, para lograr una unidad popular perfecta que logre la salida definitiva del poder de Hugo Chávez, y a partir de ahí, empezar a trabajar para devolver a Venezuela al siglo XXI y retomar la senda perdida de la democracia, el progreso y el bienestar social e individual.

He de decir que he sido un ferviente impulsor de la inscripción de los ciudadanos en partidos políticos. Considero que los líderes sociales que tengan aspiraciones políticas deberían establecerse dentro de una estructura organizada para lograr los fines generales que la política busca. Pero no puede ser esto una imposición. Quien no desee estar en un partido político está en su derecho. Pero lo importante es que se incorpore a esta pelea que se tiene contra el gobierno que menos ha hecho por Venezuela y que más la ha dañado.

Todos somos necesarios. Ese fue el mensaje de Rómulo Betancourt el 17 de octubre de 1945 cuando tenía al frente una situación que podía llevarse al país por el medo. Hoy, a treinta años de su muerte, el mensaje vuelve a cobrar vigencia. Todos somos necesarios: políticos e independientes, partidos políticos y comunidades organizadas, blancos y negros, verdes y amarillos, residentes en Venezuela y residentes en el exterior. La lucha que se nos viene es demasiado fuerte para dejar que un solo sector se encargue. Ante este monstruo de maldad en que se ha convertido el chavismo el llamado es a todos los sectores a sumarse. La unidad realmente es necesaria.

Twitter: @rojasperezm