jueves, 8 de diciembre de 2011

SE LLAMA CARLOS ANDRÉS

Se llama Carlos Andrés

Manuel Rojas Pérez
Especial para Noticias en Caliente. Publicado el 7 de octubre de 2011.


Me tomo la libertad de llamarlo como siempre lo conocí: Carlos Andrés.

Los de mi generación, que solo conocemos la elección de alcaldes y gobernadores por el voto popular y libre, los que fuimos beneficiaros del plan del vaso de leche escolar, los que vimos como muchos de nuestros conocidos, mayores que nosotros, se fueron a estudiar al exterior gracias a la Beca Gran Mariscal de Ayacucho, nosotros siempre lo hemos llamado Carlos Andrés.

A diferencia de otros a quienes se les impone, casi so pena de muerte, que llamen a sus líderes "comandante presidente", "líder del proceso", o casi Dios en la tierra, nosotros, por su cercanía, por su sencillez, lo llamamos Carlos Andrés. Simplemente Carlos Andrés.

A Carlos Andrés le debemos -expropiándole una frase al compañero Daniel Lara, de la Seccional Vargas- que no se dejara tumbar por el golpista Hugo Chávez, pero si se haya dejado tumbar por las instituciones.

Y es que Carlos Andrés nos dio el ejemplo de respeto a las instituciones democráticas, aun cuando estas actuasen injusta y arbitrariamente, como sucedió en su caso. Ese respeto que en la Venezuela de hoy no existe, ese respeto que solo un verdadero demócrata puede tener.

La obra de Carlos Andrés puede -y debe- medirse mucho más allá de sus obras gubernamentales: él continuó la impresionante obra democrática de Rómulo Betancourt. El fue quien le metió en la sangre a los venezolanos que los cargos administrativos deben elegirse por elección popular y no con dedazos acomodatícios como la triste jefa del Distrito Capital.

¿Que tuvo errores? Por supuesto. ¿Quien no los ha tenido? Pero es evidente que cuando se hace una evaluación de elementos positivos y negativos de la obra democrática de Carlos Andrés, los positivos son tremendamente superiores. Ahí está la Biblioteca Ayacucho (calificada colección de las obras maestras de las letras latinoamericanas), el ya nombrado programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, para la capacitación de millares de estudiantes venezolanos en los centros universitarios más prestigiosos del mundo, la nacionalización del Petroleo que sigue siendo hoy la punta de lanza de la economía nacional, los muchos planes sociales en pro de los más necesitados, las ayudas dadas desde Bandesir, los Hogares de Cuidado Diario. Fue Carlos Andrés el que ejecutó apenas llegó su primer mandato un programa económico, muy ambicioso y de cariz fuertemente nacionalista y social, con los objetivos de alcanzar el pleno empleo, elevar y consolidar el poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, y distribuir de una manera más equitativa la renta nacional.

A Carlos Andrés, nosotros los adecos, siempre lo recordaremos como la persona que hizo de la democracia un asunto palpable, y no solo un principio.

Hoy despedimos a carlos Andrés físicamente, pero su memoria histórica estará presente en nuestra doctrina política, porque aunque los comunistas de pacotilla se empeñen, la historia no se puede tapar y reescribir. La historia de ese gran sociademócrata que fue Carlos Andrés será siempre recordada. De eso nos encargaremos nosotros.

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