martes, 29 de mayo de 2012

CUIDADO CON EL ESPEJO

Cuidado con el espejo Manuel Rojas Pérez Publicado en el Correo del Caroní, lunes 28 de mayo 2012 A veces, en la oposición, perdemos el foco, nos desviamos del camino que nos hemos trazado, dejamos de concentrarnos en el norte, que es ganarle a Hugo Chávez. Y esa victoria no solo puede ser electoral sino, fundamentalmente, política. La semana pasada la oposición fue noticia por cosas distintas a la campaña electoral y propuestas políticas de Henrique Capriles. La nota de la semana fue , por una parte, la opinión de Rafael Poleo, director del diario El Nuevo País, sobre la campaña electoral. Poleo emitió una opinión y recibió plomo por parte del comando de campaña opositor. Poleo acusó a Caprlies de llevar una campaña electoral poco vistosa y de nula llegada a los sectores populares. Esto trajo una andanada de respuestas altisonantes del equipo del candidato y hasta del candidato mismo. Ante ello, hay que tener en cuenta varias cosas. La primera es que hay demasiados escenarios en el mundo político venezolano como para saber cual es la verdadera situación. No se sabe si Hugo Chávez va a ser por fin candidato. Si lo va a ser, no está claro si va a poder hacer campaña electoral, o si va a permanecer en el silencio, casi en el anonimato, como ha ocurrido desde hace meses. De no poder ser Chávez el candidato, son por lo menos cinco nombres los llamados a representar al PSUV. Podrían, incluso, ir divididos, dada la evidente guerra interna que tienen por la sucesión, como se demostró el viernes pasado cuando aparecieron, en Caracas, unos afiches de Diosdado Cabello postulandose como presidente de la República. Todos estos distintos estadios hacen casi imposible una real evaluación de la campaña de Capriles. Luego, está el tema de la libertad de expresión. En lo personal, no estoy de acuerdo con la opinión de Rafael Poleo. Creo que Henrique Capriles está haciendo una campaña tal y como la sociedad venezolana la requiere para derrotar al comandante. Pero, aunque no les guste a muchos, Poleo tiene derecho a decir lo que cree. ¿No es esa la esencia de la democracia? ¿No es el ataque a la libertad de expresión una de las cosas que, justamente, le criticamos al chavismo? ¿Vamos a hacer lo mismo? Si no nos gusta una opinión, con no tomarla en cuenta es suficiente. Porque, aunque no lo crean, hay personas, muchas quizás, que coinciden con lo que viene diciendo Poleo. Esas personas merecen respeto a su opinión. Y en tercer lugar, hay que preguntarse ¿y si Poleo tiene razón? Desde la oposición no podemos convertirnos en los críticos del pensamiento único pero aplicando a su vez el pensamiento único. Creo que es momento de tener grandeza política para tomar en cuenta las opiniones de todos, para no sucumbir a la aceptación automática. No creo que Poleo esté en lo correcto, pero puede estarlo. El enfrentarnos a Chávez y a su proyecto fascista no nos hace infalibles. Podemos equivocarnos. Es la naturaleza del ser humano. Quizá la campaña esté más floja de lo necesario. O quizá no. En todo caso, lo importante es analizar la opinión, estudiar la situación y desecharla o tomarla en cuenta. Pero no atacarnos entre nosotros sin mirar a los lados. Aprovechemos la posición inigualable que tenemos, donde el presidente está desaparecido, los precandidatos están matandose entre si, el gobierno se hace más ineficiente que nunca y el chavismo se desmorona. Sigamos trabajando duro en la campaña, buscando votos. Solo eso es relevante. Caer en confrontaciones internas nos distrae. No cometamos los mismos dislates del chavismo. Tenemos derecho a disentir y a expresar nuestras opiniones. Estamos obligados a verificar permanentemente si estamos haciendo bien el trabajo. Debemos, constantemente, preguntarnos como mejorar la campaña, así esta vaya de maravilla. Porque no podemos fallar. Para eso, es importante que cuando nos veamos en el espejo no nos parezcamos a lo que criticamos. Twitter: @rojasperezm

SON MÁS DE TRECE AÑOS

Son más de trece años Manuel Rojas Pérez Oublicado en el Correo del Caroní, lunes 21 de mayo 2012 Que Venezuela está sumida en el más absoluto caos no es un secreto, ni algo qe pueda esconderse. La gravísima y alarmante crísis carcelaria, que tuvo como telón de fondo al retén de La Planta, es claro ejemplo de lo que está sucediendo en el país. Es inconcebible que los presos tengan armas de guerra y nadie desde el gobierno nacional diga algo al respecto. En medio de la descomunal balacera en La Planta, a la inefable ministra Iris Valera solo se le ocurrió decir que eso era un “enfrentamiento entre bandas”. Lo relevante no era quienes disparaban, sino porqué unos presos tenían armas suficientes para todo un ejercito. opinan los foristas En medio de la conmoción, nadie del gobierno explicaba como llegaron esas armas a los presos. Nadie dio la cara. Solo se limitó la ministra Varela a señalar dos cosas en concreto: que eso era culpa de la oposición y de los cuarenta años de democrácia. Yo me pregunto: ¿Realmente esta muer cree que los venezolanos somos pendejos? ¿De verdad esta señora considera que nosotros nos comemos los mismos cuentos que ella se come? ¿Acaso nos cree tan ignorantes como para que no entendamos que el gobierno chavista tiene más de trece años en el poder, y que, en trece años, es el gobierno chavista quien ha tenido control absoluto de la Guardia Nacional y las demás instancias de seguridad y resguardo del Estado? En una frase épica, en un alarde de caradurismo, llegó a decir, por VTV, que eran ordenes directas de Henrique Capriles el darle esas armas a los presos. Hay que ser descarado para, si quiera, insinuar que alguien distinto al gobierno nacional es el responsable de la crísis carcelaria. Como se lee, afirmo que el único responsable de lo sucedido en La Planta es el presidente Chávez y su gobierno de pacotilla. Es el gobierno nacional quien en trece años ha permitido que lleguemos a ser uno de los países más violentos e inseguros del mundo. Es gracias a esta camarilla de fascistas que el venezolano vive con terror, sin poder salir de su casa sin miedo a que le den un tiro para quitarle el reloj. Porque es el gobierno nacional el que tiene bajo su mando a la Fuerza Armada y sus componentes, a la policía nacional, al sistema penitenciario, al Poder Judicial que suelta delincuentes a distra y siniestra y encarcela a inocentes solo por a pensamiento político. Es el gobierno el único culpable de este desastre. Voy incluso más allá. No solo la crísis carcelaria es responsabilidad exclusiva del presidente Chávez y su gobierno. También los múltiples problemas que vive el venezolano, tales como la desbocada delincuencia; la falta de medicamentos que está acabando con vidas o haciendo tristes muchas otras gracias a la ineficacia de Cadivi; la escasez de alimentos tales como leche, arroz, harina, aceite, por no permitir al sector privado realizar su labor natural de producción; el galopante desempleo que no se resuelve con una ley sino con un plan de empleo que en trece años nunca se ha realizado; la crísis hospitalaria que deja a la gente sin atención médica ya que ni los Barrios Adentro están funcionando… Todo esto ha ocurrido desde la llegada al poder del presidente Chávez. Desde hace trece años. Es mucho tiempo para poder culpar a otro. Trece años es un tiempo más que suficiente para medir las capacidades de un gobierno. No hay excusas para la absoluta ineficiencia que caracteriza al chavismo. tanto tiempo limita a cualquiera para culpar a gobiernos anteriores ¿O es que los presos tuvieron escondidas esas armas desde hace más de trece años? Por supuesto que no. Quizá lo más triste de todo esto, es que las palabras de la ministra Varela culpando a gobiernos anteriores de la incompetencia de los funcionarios chavistas no indigna ir molesta, porque uno ya sabe que es eso exactamente lo que van a decir. Ya el chavismo tiene ese guión preparado: “de cualquier cosa que hagamos mal, culpemos a los gobiernos anteriores”. Pero, insisto, no somos tontos. Sabemos que este gobierno no sirve para nada, por eso saldremos de él por los votos. Que salgan del poder, derrotados electoralmente, estos buenos para nada, si es culpa y responsabilidad directa de la oposición. Twitter: @rojasperezm

lunes, 7 de mayo de 2012

EL MAYO SOCIALDEMÓCRATA: RAPIDA VISITA AL TRIUNFO DE FRANCOIS HOLLANDE

EL MAYO SOCIALDEMÓCRATA: RAPIDA VISITA AL TRIUNFO DE FRANCOIS HOLLANDE La izquierda democrática europea ha renacido este 6 de mayo en Francia. François Hollande, de 57 años, será el próximo presidente francés tras confirmar los pronósticos e imponerse con el 51,67% de los votos a Nicolás Sarkozy. El triunfo de Hollande, abre una nueva etapa tanto en Francia como en Europa, y pone fin al agitado reinado de Sarkozy, que durante cinco años ha presidido el país con su peculiar estilo, entre el personalismo y la hiperactividad. El cambio empieza ahora. La austeridad no puede ser una condena", proclamó por su parte Hollande. El socialista ha anunciado su intención de renegociar con Berlín el rígido tratado de austeridad. Con su calma proverbial, el líder socialista pronunció el discurso de la victoria en la plaza de la catedral de Tulle, el pueblo del que es alcalde y donde pasó su jornada de gloria recibiendo besos y abrazos de los lugareños. Dijo que “el cambio tiene que estar a la altura de Francia”, prometió “ejemplaridad institucional”, y con un toque de lirismo, invitó a los franceses a “sobrevolar las estrellas” y cumplir “el sueño francés del progreso”. 1.- HOLLANDE VS. HOLLANDE ¿QUIÉN ES ESTE HOMBRE? Sobrio, discreto. François Hollande, tras más de veinticinco años de militancia al Partido Socialista Francés, y tras ocupar casi todos los espacios de poder de su partido, sin hacer demasiado ruido, ha llegado al final de su carrera de fondo. Abogado de cincuenta y siete años, hijo de la clase media francesa -su padre era un otorrino de extrema derecha-, pausado, sosegado y con fama de conciliador, Hollande ha conquistado al electorado francés cuando nadie hubiera apostado por ello hace tan solo un par de años, cuando el socialismo francés deambulaba, huérfano de un líder sólido tras el fracaso de Ségolène Royal. Una cosa hay que tener en cuenta: podría decirse que casi es presidente por accidente. Hollande no habría llegado siquiera a la candidatura socialista en las presidenciales de Francia si no fuera por el escándalo sexual que el año pasado dejó fuera de juego al hasta entonces claro favorito de los socialistas, Dominique Strauss-Kahn. Con el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional fuera del juego, las puertas se abrieron a Hollande, comenzó su carrera política como asesor económico del ex presidente francés François Mitterand y que a finales de los años 90 tomó las riendas del Partido Socialista como secretario general. “Siempre he querido la unión de la izquierda, pero incluso más: la de los republicanos”, dijo en su primer discurso tras ser elegido presidente. El apoyo de los demás partidos de izquierdas franceses como el mal menor, además del apoyo oficial del centrista François Bayrou, han permitido la victoria del socialista. Hollande se convierte así en el segundo presidente de izquierdas de la Quinta República -tras su mentor François Mitterrand, que lo fue entre 1981 y 1994-, y devuelve al Partido Socialista a lo más alto del Estado francés tras diecisiete años de poder conservador. “Seré el presidente de todos los franceses, seremos una sola Francia, una sola nación reunida ante el mismo destino”, dijo. “Todos tendrán los mismos derechos y deberes, nadie será discriminado”. 2.- HOLLANDE Y EUROPA: CONTRA EL PLAN DE AUSTERIDAD No quiere perpetuar el llamado eje “Merkozy” (juego de palabras con los apellidos de Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel) y en su primer discurso como presidente de la república francesa lanzó un mensaje a la canciller alemana: “La austeridad no podía seguir siendo una fatalidad del destino. Esa es mi misión: dar una visión de crecimiento. Esto es lo que diré lo más pronto posible a nuestros socios europeos y a Alemania”. Hollande reiteró que sus prioridades serán la igualdad, la juventud, la justicia social, la educación, “y la reorientación de Europa hacia el crecimiento y el empleo”. Su asesor especial Jean-Marc Ayrault, alcalde de Nantes y previsible futuro primer ministro, dijo que “la clave ahora será recuperar a Europa, reorientarla hacia el crecimiento, la competitividad y la protección”. Pierre Moscovici, director de la campaña de Hollande, aseguró que Angela Merkel telefoneó anoche al ganador para invitarle a visitar Berlín en los próximos días. Hollande agregó que está consciente que “Europa nos mira” y dijo estar “seguro de que en muchos países europeos (su victoria) ha es recibida como un alivio, una esperanza" porque "la austeridad no podía ser una fatalidad”. Con cierto toque de altivez, señaló que “No somos un país cualquiera del planeta, somos Francia. Y como presidente de la República me corresponderá llevar las aspiraciones que siempre han sido del pueblo de Francia: la paz, la libertad, la responsabilidad”, o el derecho de cada pueblo de emanciparse de las dictaduras. Hollande sostiene que el rigor fiscal debe ir acompañado del estímulo de la economía y anunció que desea renegociar el pacto fiscal europeo para incluir políticas que favorezcan el crecimiento. En su programa se contempla aplicar más impuestos a los ciudadanos más ricos, hacer hincapié en la creación de empleo para los jóvenes y “unir” a los franceses en un gobierno de “justicia social”. El proyecto de Hollande está teniendo ecos en Europa. Las declaraciones de dirigentes europeos sobre la necesidad de fomentar el crecimiento para superar la crisis se multiplicaron en las últimas semanas. En una entrevista al diario Il Sole 24 Ore, el expresidente de la Comisión Europea y ex primer ministro italiano, Romano Prodi, llamó a la creación de un pacto entre Francia, Italia y España para impulsar la reactivación de la economía, sin que ello signifique oponerse a Alemania. La victoria de Hollande tiene de esta manera un relevante componente europeo, en un país de fuerte pulsión antieuropeísta, y puede ser leído como un mensaje contra la austeridad ciega impuesta por Alemania en los últimos tiempos. En primer lugar, porque supone el abrupto final del directorio Merkozy, que ha guiado, probablemente de forma autoritaria, el timón de la UE durante el último lustro. Y segundo porque Hollande ha sido el primer político del continente que ha rechazado formalmente la línea de rigor fiscal sin crecimiento. Después de su victoria parcial en el primer turno, Merkel, la Comisión Europea y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se han apresurado a asumir algunas de sus tesis, si bien con matices distintos. Berlín sabe que ahora la segunda economía de la zona euro tiene un Gobierno socialista. Pero la superioridad económica alemana y el ánimo desconfiado de muchos de los votantes de Merkel hace difícil pensar que Francia será capaz de equilibrar la balanza. Con las cuentas públicas muy comprometidas por el peso del Estado del bienestar (56% del PIB) Hollande sabe que Francia no podrá invertir lo que necesita, y su ambición es convencer a Merkel de que hace falta abrir una fase de inversiones y de estímulo. 3.- HOLLANDE Y LOS COMUNISTAS: LA RACIONALIDAD ANTE TODO Francia votó en contra de la Constitución europea en mayo de 2005, y el proyecto de Constitución europea se vino abajo; siete años más tarde, en otro mes de mayo, la elección presidencial en Francia termina con un giro a la izquierda, que envía un mensaje contrario al de la austeridad a ultranza establecida por los poderes conservadores a lo largo de la Unión Europea. Ya había una primera ministra socialdemócrata en Dinamarca, y también un jefe de Gobierno socialista en Bélgica, ambos en coalición, pero el triunfo de François Hollande representa una excepción de un calibre mucho mayor, un hecho político de primer orden. Este resultado es el fruto de una “coalición” que no lleva ese nombre, pero en realidad representa la convergencia de centristas, socialistas e izquierdistas en contra de Sarkozy. El apoyo inequívoco de los comunistas y de la extrema izquierda, encabezados por Jean-Luc Mélenchon, puede condicionar a Hollande con sus exigencias para dar un fuerte impulso a la política del gasto y aumentar los costos salariales. Sin embargo, la maniobra de última hora llevada a cabo por el centrista François Bayrou, que anunció su apoyo a Hollande cuatro días antes de la votación, permite al presidente electo un juego de contrapesos más amplio. Hollande, que ha aprendido a vestir el traje de presidente imitando a su maestro Mitterrand, ya había probado sus habilidades precisamente en la forma de desenvolverse entre las figuras de su partido y en los tratos con otros grupos de izquierda. Por ese lado tendrá problemas, pero no insuperables. 4.- HOLLANDE Y LA DERECHA: LAS FINANZAS EN SU SITIO Las complicaciones para el nuevo presidente francés vendrán más bien de la relación con el mundo del dinero. Colocar a las finanzas “en su sitio” es uno de los mensajes más fuertes de Hollande a lo largo de la campaña electoral. En lugar de grandilocuencias a lo Sarkozy, que lanzó a los cuatro vientos la retórica de la “refundación del capitalismo” cuando estalló la crisis financiera internacional, Hollande ha preferido un gesto muy concreto: la promesa de llevar hasta el setenta y cinco por ciento la tasa marginal del impuesto sobre la renta de las personas que superen el millón de euros al año. El impacto ha sido considerable entre las grandes compañías francesas y las multinacionales instaladas en este país, y en general en el mundo de las empresas, a las que pretende incrementar las cotizaciones sociales. Sin duda, muchas personas de esos sectores comparten la portada del semanario británico The Economist del 28 de abril, dedicada al “bastante peligroso señor Hollande”. Sin olvidar los sesenta mil nuevos puestos prometidos en la educación nacional a lo largo de cinco años, que da otra medida de la excepción francesa en una Europa dominada por la idea del adelgazamiento del Estado. Pero el presidente electo no es ningún peligroso izquierdista. El triunfo de Hollande sanciona el fracaso de la campaña extremadamente derechista de Sarkozy, que intentaba movilizar a su favor todo el voto de la ultraderecha para conservar, a la desesperada, el palacio de El Elíseo. No ha podido escapar a la ley de hierro de los líderes políticos atrapados por la crisis económica y financiera que se ha abatido sobre Europa. ¿Hasta qué punto se extenderá el Frente Nacional de Marine Le Pen, a costa de la derecha derrotada en las urnas del 6 de mayo? Una derecha radicalizada y ampliada, bajo el mando y las ideas de la jefa extremista, no sería tanto una excepción francesa, como un faro cuyos destellos pueden movilizar a los populismos que actúan en gran número de países de la Unión Europea. La tarea del poder de izquierda encarnado por François Hollande tiene que contribuir a que la ultraderecha no continúe seduciendo cada vez a más gente en Francia y, por extensión, en el conjunto de Europa. Ahora la derecha francesa tiene por delante una difícil tarea de recomposición de cara a las legislativas del 10 y el 17 de junio. Sarkozy anunció que no liderará su partido, la UMP, en ese trance. Mientras, el modelo original, Marine Le Pen, que sale de la cita convertida en la nueva brújula de la derecha francesa, llamó anoche a construir una nueva oposición “ideológicamente fuerte” y “digna de confianza”. La presidenta del Frente Nacional pronosticó que Hollande “decepcionará pronto, primero a los suyos y luego a Francia”. 4.- LAS OFERTAS DE HOLLANDE Tras la victoria Hollande, la Unión Europea observará con cautela los primeros movimientos del presidente electo, quien defiende unas medidas económicas más cercanas al crecimiento que a la austeridad. Entre las medidas que François Hollande se ha comprometido a aplicar en las primeras semanas de su mandato se encuentran un tope temporal al precio de la gasolina y un aumento en el subsidio que se da a los padres con niños en edad escolar. Asimismo, quiere revertir parcialmente la decisión de Nicolas Sarkozy de subir la edad de jubilación a sesenta y dos años. Con Hollande como presidente, los ciudadanos que empezaron a trabajar a los 18 años podrán retirarse a los 60. Posteriormente, en una sesión parlamentaria extraordinaria, convertirá en ley los puntos principales de su programa presupuestario. Estos incluyen la ya mencionada nueva tasa de impuestos del setenta y cinco por ciento para aquellos con ingresos superiores al millón de euros, la contención de ciertas exoneraciones fiscales, y una nueva tasa a los bancos y las compañías petroleras. Quiere crear sesenta mil puestos de trabajo en el profesorado en cinco años así como ciento cincuenta mil puestos de funcionariado para los más jóvenes. 5.- HOLLANDE Y LA ECONOMÍA: ¿QUÉ LE DEPARA EN EL ELISEO? Según Sophie Pedder, corresponsal en París de la revista The Economist, “con su programa, los ingresos por impuestos subirán en Francia sin un aparente esfuerzo por reducir el gasto a un nivel manejable”. “Actualmente, el gasto público de Francia es el cincuenta y seis por ciento del producto interno bruto, más alto que en Suecia. Por tanto, es un país que ya cuenta con un nivel alto de impuestos y de gasto, y Hollande quiere subir los dos”. Los mercados de bonos, que recaudan el dinero que Francia pide prestado para poder mantener su economía en marcha, ya lo están observando de cerca. En enero, la agencia de calificación de riesgos Standard & Poors rebajó el estatus francés de deuda soberana desde la clasificación más alta AAA. Si los mercados perciben la más mínima sospecha de que el gobierno francés está dejando que el gasto se dispare, subirán las tasas de interés que cobran por prestarle dinero a Francia. Y esto, dice Pedder, conduciría al fin de los grandes esquemas socialistas de Hollande. Pero los defensores del programa de Hollande dicen que sus planes son perfectamente realistas, y rechazan con enfado las acusaciones que dicen que el Partido Socialista quizá sea incapaz de controlar el presupuesto. “Déjennos intentar escapar de las caricaturas”, sostiene Thomas Piketty, profesor en la Escuela de Economía de París. “En los años 90 fueron gobiernos socialistas los que prepararon a Francia para la entrada en el euro, que se tradujo en una reducción aguda del déficit”, continúa. “Los gobiernos socialistas quieren gastar el dinero en vivienda, educación y buenos servicios públicos. No quieren que el dinero se utilice para pagar intereses sobre la deuda. Así que tienen más incentivos que la derecha para controlar el déficit”, agrega. 6.- EL HOMBRE NORMAL, EL PRESIDENTE NORMAL Se le acusó de no tener el carisma necesario para luchar en una gran elección, pero también ofreció siempre el perfil de la oscura eficacia y mano izquierda para conciliar los intereses más enfrentados de su partido. François Hollande, fue un militante normal, un secretario general normal, y ahora, ¿será un presidente normal como prometió en el debate con Sarkozy, el más hiperactivo presidente que se recuerda en Francia? Como candidato prefería viajar en tren, hacer las compras en su zona de residencia y tener contacto directo con la gente. Hoy, François Hollande apuesta por una “presidencia normal”, que concibe como una nueva forma de dirigir Francia, opuesta a la de Sarkozy. “No me gustan los honores, los protocolos ni los palacios. Yo reivindico la simplicidad, que no es modestia, sino la marca de una auténtica austeridad. Me gusta la gente, cuando otros están fascinados por el dinero”, repitió durante la campaña. ¿Vivirá en el palacio presidencial del Elíseo? “Si es posible, me quedaré donde vivo”, dijo su concubina, Valérie Trierweiler, aunque reconociendo que podría ser complicado seguir residiendo en su piso del suroeste de París, por razones de seguridad. En una Francia que a menudo es calificada de monarquía republicana a raíz del gran poder del presidente y la importancia del protocolo, el estilo de Hollande se resume un pocas palabras: “constancia”, “respeto”, “unión”. Él mismo esbozó el retrato de un presidente normal: “Tiene que ser al mismo tiempo cercano y respetado, y para ello tiene que ser respetable”, “dar el impulso, pero no ocuparse de todo”. Todo reposa en ese equilibrio, en opinión del centrista Dominique Paillé. “Un presidente normal va al tajo en los ámbitos de regalía (relaciones exteriores, defensa), pero no mete las manos en la harina, como lo hacía Nicolás Sarkozy, que intervenía todo el tiempo sobre todo”. Durante el debate de campaña, recalcó: no será el “jefe de la mayoría”, “no tratará a su primer ministro como a un colaborador” y no nombrará arbitrariamente a jueces ni a directivos de los medios de comunicación estatales. Como presidente de la República, ganará menos y hará que se ponga fin a la inmunidad judicial total de que goza hasta ahora el jefe de Estado durante su mandato.

UN BUEN PLAN DE EMPLEO

Un buen plan de empleo Manuel Rojas Pérez Correo del Caroní, lunes 7 de mayo 2012 El gobierno nacional anunció, con bombos y platillos, probablemente para tapar el evidente vacío por la falta física del comandante, la promulgación de una reforma parcial a la Ley Orgánica del Trabajo. Esta reforma, que apenas es eso, trae algunos cambios, si, pero dista mucho de ser una “ley revolucionaria” que “mejorará radicalmente las condiciones laborales de los trabajadores”. Ciertamente, esta nueva Ley aumenta algunos días de vacaciones, disminuye las horas semanales de trabajo y las horas extras, reforma el sistema de prestaciones sociales, pero en términos generales, es exactamente el mismo sistema de la Ley del Trabajo de 1997. Ahora bien, el gobierno pretende con este instrumento pseudo legal (lo llamo así porque no cumple los requisitos establecidos en la Constitución para ser considerado como una Ley Orgánica, pero eso es tema de otro día) hacer ver que le han asegurado a los trabajadores la efectividad de sus derechos. Nada más falso. Los problemas de los trabajadores venezolanos no se resuelven con una ley, ya que el problema no es el sistema. La real contrariedad de los trabajadores en Venezuela viene de las barreras al trabajo que el gobierno chavista ha colocado. La inseguridad jurídica, a partir de las expropiaciones, sanciones, persecuciones políticas y judiciales a quien no apoye a la revolución, amén de la inseguridad ciudadana, ha llevado al sector productivo a irse retirando poco a poco. Gracias al gobierno del presidente Chávez, muy pocos quieren invertir en el país, y sin inversión, no se generan empleos. Luego, el verdadero problema pasa por la falta de empleo, lo cual no se resuelve con una Ley, sino con una verdadera política pública de empleo. Poniendo en un papel que el patrono tiene, prácticamente, que poner de su bolsillo para mantener una empresa, no se generarán puestos de trabajo. Lo ideal, y hasta lógico, es que el gobierno aplique un plan racional, forjador de condiciones propias para la inversión del sector productivo, es lo único que resuelve la gravísima situación de desempleo, que afecta a seis millones de venezolanos. Por supuesto, ante su ya normal desidia y falta de voluntad política para ayudar a los venezolanos, el chavismo se limita a intentar engañar al pueblo, poniendo en una Ley unas normas inaplicables. Digo que las normas de la nueva Ley Orgánica del Trabajo son inaplicables porque al no haber empleo, no hay trabajadores, y al no haber estos, no hay derechos laborales que cuidar. Por ello, el candidato de la unidad venezolana, Henrique Capriles Radonski, al contrario del chavismo, ha propuesto a los venezolanos un plan de de empleo serio. Capriles ofrece desarrollar las zonas de productividad de cada una de las regiones, aprovechando las condiciones particulares de cada una de estas, para crear muchos empleos de calidad. Asimismo, promete promover las inversiones que mejor aprovechen los recursos de las regiones estableciendo redes productivas para el desarrollo de empleadores, otorgando facilidades para acceder al crédito productivo e incentivos fiscales para los emprendedores y las nuevas inversiones. Pretende también organizar servicios de apoyo para la creación y expansión de pequeñas y medianas empresas. Cuando se crea un ambiente donde el inversionista nacional, y extranjero, se siente seguro (económica, jurídica y personalmente) se generan puestos de trabajo seguros y confiables. Y es allí –solo allí- cuando las disposiciones de la Ley del Trabajo podrían empezar a surtir efectos. Al final, tratar de resolver los problemas laborales en un papel, sin atender la situación real de fondo, es un vulgar artificio. Trabajando juntos el sector público y privado con las comunidades, como lo propone Capriles Radonski, se logrará promover el crecimiento de la producción nacional, apoyando las iniciativas que generen más empresas, que traerán a la vez, más y mejores puestos de trabajo. Twitter: @rojasperezm

EL OFICIO DE LA FISCAL

El oficio de la Fiscal Manuel Rojas Pérez Correo del Caroní, lunes 30 de abril 2012 El pasado jueves 26 de abril, la Fiscal General de la República emitió un comunicado, diciendo que el Ministerio Público no tiene competencia para investigar las declaraciones del ex magistrado Eladio Aponte Aponte, sino que este tendría que venir a Venezuela a presentar una denuncia. Ante ello, el periodista Víctor Amaya, del diario Tal Cual, me pidió darle algunas declaraciones al respecto para ser publicadas en dicho diario. En efecto, y aunque no soy experto en derecho penal, le señalé mi posición jurídica sobre el particular, ayudado, por cierto, por los doctores Morris Sierraalta, padre e hijo, que de derecho penal sí saben como nadie. Pretendo, en este artículo, ampliar un poco mi declaración dada los amigos de Tal Cual, para dejar claro por qué la Fiscal General viola, incluso, la Constitución, al negarse a investigar las expresiones de Aponte Aponte. El sistema penal venezolano está montado de tal manera que todos los delitos consagrados en leyes penales, salvo que expresamente digan lo contrario, son de acción pública. Estos delitos de acción pública son aquellos que no necesitan ser denunciados por la víctima ni por nadie, sino que el Estado, por medio del Ministerio Público, inicia automáticamente las investigaciones del caso, sin que nadie se lo pida. Esto así, porque es el Estado quien tiene todos los medios (potestades públicas, poder coactivo, sistemas de inteligencia) para lograr que el resultado de la investigación sea efectivo. Por ello, el artículo 285 de la Constitución, 24 y 283 del Código Orgánico Procesal Penal y 16 de la Ley Orgánica del Ministerio Público establecen, expresa y tajantemente, que la acción penal debe ser ejercida de oficio por el Ministerio Público, salvo que pueda ser ejercida por la víctima o a su requerimiento. Es decir, la regla es que el Ministerio Público investigue cualquier situación que pueda constituir la realización de un delito. Si hay un homicidio, el Ministerio Público no puede esperar que la víctima vaya a la Fiscalía y denuncie a su homicida. Eso es absurdo. Pues eso mismo es lo que dijo la Fiscal General de la República. De ese tamaño fue el sinsentido de ese comunicado de la Fiscal, donde señala que ni ella ni el Ministerio Público, pueden investigar los dichos del inefable Aponte Aponte, sino que tiene que esperar a que venga a Venezuela a denunciarlos. Esto rompe con el sistema de investigación fiscal del proceso penal consagrado en el Código Orgánico Procesal Penal, una de nuestras mejores leyes, por cierto. Si el Ministerio Público no investiga los dichos de Aponte Aponte ¿quién lo va a hacer? La Fiscalía tiene expresa competencia para investigar, no solo lo confesado por el ex magistrado, sino todo lo señalado en su declaración, la cual, por cierto, fue de tal conocimiento público, que fue comentada por el presidente de la República y debatida en una sesión especial de la Asamblea Nacional. No puede decir que no es de relevancia nacional. Que se diga que una declaración no puede ser investigada, sino que hay que esperar la denuncia, no solo es absurdo, como ya se dijo, sino incoherente. Porque Oswaldo Álvarez Paz y Franciso Uson fueron investigados, acusados, juzgados y condenados por declaraciones que dieron a los medios ¿O no es así, doctora Ortega Díaz? Tampoco le queda bien negarse a investigar porque las declaraciones hayan sido realizadas fuera de Venezuela (o al menos eso dijo el declarante), ya que las mismas fueron presentadas aquí en el país y fueron claramente conocidas en nuestra patria. Esa vulgar excusa de la Fiscal General para no hacer su trabajo resulta insuficiente. La verdadera razón para no investigar, debe ser que, simplemente, no quiere hacerlo, o no le conviene hacerlo. No vaya a ser cosa que los dichos de Aponte Aponte vayan a resultar ciertos, no vayan a descubrir que la nota de prensa de la Fiscalía se montó en la reunión de los viernes en la Vicepresidencia. En definitiva, la doctora Ortega Díaz olvidó que el oficio de la Fiscal es investigar de oficio. Twitter: @rojasperezm

lunes, 23 de abril de 2012

LEAL AL GOBIERNO Y NO A LA OPOSICIÓN

Leal al gobierno y no a la Constitución

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 23 de abril de 2012

Uno de los espectáculos más dantescos que hemos presenciado los venezolanos en los últimos años, fueron las declaraciones del exmagistrado Eladio Aponte Aponte. Luego de tanto poder en la presidencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, cargo por medio del cual tenía el control absoluto de los tribunales penales de todo el país, desde donde ordenó la destitución –vía Comisión Judicial o Comisión de Restructuración Judicial- de cuanto juez cumplía con su deber de impartir justicia de manera imparcial, luego de tanta autoridad, verlo sudando penosamente frente a una cámara de televisión, escondido como un vulgar delincuente, con el miedo en los ojos y en el temblor de la voz, resultó francamente indignante.

No voy a caer en la trampa que Aponte Aponte quiere: que lo victimicemos. El ex magistrado no es, ni puede ser, un héroe. Demasiado daño hizo a familias venezolanas. La personificación venezolana de los juristas del horror nazis, que muy bien describió Ingo Müller es el exmagistrado chavista.

Estamos claros sobre quien es este personaje, nacido, criado y mantenido en el chavismo. Este Torquemada llegó a los cargos que llegó –Fiscal General Militar, Magistrado de la Sala de Casación Penal, Coordinador de los Tribunales Penales de Caracas, incluso estuvo a punto de ser Fiscal General de la República-, porque el chavismo, porque Hugo Chávez, así lo quiso.

Pero, muy a pesar de ello, no podemos dejar de tener presente las verdades que dijo Aponte Aponte. En concreto, muchas cosas que, si bien ya sabíamos, al ser confirmadas por un ex presidente de la Sala de Casación Penal, toman un peso impresionante. Una tonelada.

La olla que le montaron a José Sánchez, el popular “Mazuco”, es una. Mucho se dijo que habían manipulado el expediente, de modo tal de colocar testigos falsos, para involucrar al ex director de la policía regional del estado Zulia, para ensuciar la labor administrativa de Manuel Rosales en la gobernación. Claramente, Aponte Aponte señaló que, lo de Mazuco fue un montaje. Igualmente dejó claro que al general Francisco Usón lo apresaron injustamente, y cumplió una condena que nunca debió haber pagado, porque este jamás cometió delito. Igual con la doctora Afiuni, quien está presa por cumplir con su deber. Los carnets militares a presuntos narcotraficantes como Whalid Macked son una verdadera vergüenza dentro de los anales del sistema judicial venezolano.

Pero, quizá, la verdad más absoluta que dijo este perseguidor –hoy perseguido- es que le era leal al gobierno y no a la Constitución. Así, con todas sus letras, lo asumió. Aponte Aponte describió con esas palabras la realidad de nuestro Poder Judicial. Sin ir muy lejos, hace poco la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se ensañó con la Comisión Electoral de Primarias de la Mesa de la Unidad, y muy especialmente con su presidenta, la doctora Teresa Albanes, al multarla por no hacer algo de imposible ejecución, como es la entrega de los cuadernos electorales, para hacer con eso una nueva lista Tascón. Asimismo, ninguna de las solicitudes judiciales hechas por la Mesa de la Unidad, todas del año pasado, han sido siquiera admitidas por la Sala Constitucional, como lo denunciaron un grupo de diputados hace unas semanas. Los porcentajes de victorias judiciales del Gobierno frente a la delos ciudadanos son abrumadoras, casi groseras. Los niveles de persecución judicial contra opositores –Álvarez Paz, Richard Blanco, Leocenis García, Simonovis, Forero- es casi similar al nivel de impunidad cuando el posible actor delictual es alguien cercano al chavismo.

Este Poder Judicial que nos gastamos, pareciera realmente seguirse por la regla que destacó Aponte Aponte: cumplir con el gobierno, no con la Constitución. No cuesta creer que los lineamientos de los tribunales de la República no salen del buen criterio y aplicación del derecho de los jueces, sino de la Vicepresidencia de la República.

Twitter: @rojasperezm

GOLPE DE ESTADO DE LA DELINCUENCIA

Golpe de Estado de la delincuencia

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 16 de abril de 2012

No es Chávez. Tampoco Fidel. Mucho menos Carmona Estanga. Diosdado, Jaua, Maduro, Cilia, Iris, Rangel Silva, José Vicente, Aristóbulo o Ramírez, ni se acercan. Ninguno de ellos son los que mandan en Venezuela. Quien tiene el gobierno, el poder, la dirección del país, es la delincuencia.

Es esta quien está controlando la forma y estilo de vida de los venezolanos. La delincuencia es quien nos pone límites sobre las horas de salida y llegada a nuestros hogares, que comprar, donde comprar y cuando comprar, como vestirse, que medio de transporte público tomar, a dónde ir. Las políticas públicas no las está imponiendo el gobierno sino la delincuencia.

Desde que el presidente Chávez llegó al poder, la tasa delictual ha aumentado a niveles sorprendentes. Y en los últimos tiempos se ha hecho patente el control de la delincuencia sobre el propio Estado. Por lo menos cuatro diplomáticos han sido secuestrados en Caracas en los últimos seis meses. Ayer mismo, fue secuestrado el hijo de un diputado al Parlamento Latinoamericano. Hace semanas un escándalo sacudió a Venezuela, cuando la hija del cónsul de Chile fue asesinada por agentes policiales, demostrando que estos forman parte del problema de la delincuencia, y es que muchos son atracados por los propios agentes de seguridad, como pasó subiendo a El Junquito, donde una comisión de la Guardia Nacional raqueteó a todos los que iban subiendo, dejándolos sin dinero, relojes y teléfonos. Al gobernador del estado Aragua, con todo y sus escoltas, le robaron una camioneta oficial. En las emergencias de hospitales, como en el Pérez Carreño, pasa con mucha frecuencia que, al ingresar herido un miembro de una banda delictiva, los de la otra banda entran a terminar de acabar con la vida de aquel, poniendo en peligro la vida de médicos, enfermeras y demás pacientes. Los secuestros express y asaltos a mano armada, son pan nuestro de cada día. A Wilson Ramos, jugador de béisbol de Grandes Ligas, lo secuestraron por más de una semana. Incluso, corrió un rumor hace poco que al propio padre del ministro de Interior y Justicia lo habrían secuestrado y si bien esto fue desmentido por el propio funcionario, no cuesta mucho creer que algo así pueda pasar.

Hace poco, el miembro de la comisión de políticas públicas de Acción Democrática, Ángel Lugo, destacó una cifra impactante: durante la guerra en Centroamérica fallecieron seis mil personas. Aquí, en Venezuela, la delincuencia lleva cien mil muertos.

Esto se agrava ante la ceguera de los organismos oficiales, quienesanna vez de tomar cartas en el asunto, se limitan a decir que estos hechos forman parte de un complot de la oposición para desacreditar al gobierno socialista. Para más señas, el inefable Juan Barreto señaló en una infeliz declaración que un proyecto para el desarme ciudadano es una medida "burguesa". Quizá su fascista solución sea que todos nos armemos y nos matemos.

Pero, para los venezolanos, estos hechos violentos sólo ponen de relieve la debilidad de la seguridad en una nación con uno de los niveles más altos de criminalidad del mundo, donde los robos a mano armada, raptos y homicidios son cosa diaria.

Esta ceguera gubernamental tiene como consecuencia que no se haga absolutamente nada contra el flagelo de la delincuencia, sino que se ponga la atención en asuntos mucho más banales que a nadie interesan. Ayer, el presidente venezolano, en una de sus visitas al país, anunció la creación de una "Comisión anti golpe de Estado", sin darse cuenta que hace mucho tiempo que la delincuencia lo tumbó del gobierno, que es ella la verdadera gobernante en Venezuela. No sabe el comandante, o no quiere darse cuenta, que debería hacer algo en lo que él es experto: dar un golpe de Estado, pero en este caso, a la delincuencia reinante.

Nuestra situación es grave. Como dio un diplomático a Reuters: "Ningún área es segura. No hay ningún lugar fuera del alcance de los criminales". (http://informe21.com/actualidad/12/04/13/ataques-a-diplomaticos-resaltan-problemas-seguridad-en-el-pais)

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